
Wright fue el principal exponente de la arquitectura orgánica, caracterizada por prescindir de los espacios compartimentados y por proyectar edificios abiertos al exterior mediante cubiertas planas y terrazas, con abundante luz natural e integrados en el entorno.
Podemos observar una gran evolución en su obra desde las casas de la pradera hasta sus últimos trabajos como el museo Guggenheim de Nueva York.